viernes, 6 de junio de 2008

Sean Costello – “We can get together”

Recibí este trabajo hace un par de meses y me senté, de inmediato a escucharlo. Me impresionó muchísimo, un sonido bastante fuerte, como de un bluesista maduro, curtido por los años. Encontré muchas similitudes con grandes intérpretes de la guitarra, como el caso de Stevie Ray Vaughan, pero también algo más, por ejemplo, una voz muy particular al cantar baladas, con un sentimiento que se me asemejaba al de James Brown en este tipo de interpretaciones. Fui prácticamente envuelto por este artista, cuya biografía iba leyendo en la medida en que iban corriendo los temas de su producción.

Sean Costello, joven, 28 años, llamado a ser la nueva figura del blues con toda seguridad. Miré prensa en la disquera, comentarios en algunas revistas: todos lo señalaban como el artista a mirar en los últimos años. Al día siguiente, revisando mi correo, encontré un mensaje de Delta Groove, sello que publicó este álbum de Costello: el músico había fallecido el día anterior. No puedo explicar la desazón sentida en ese momento. El blues había perdido a su futuro más prominente, alguien que seguramente le iba a hacer contrapeso a Kenny Wayne Shepherd, a Jonny Lang y a otros jóvenes, alguien que tenía el sabor genuino del Delta, pero también el de Memphis y el de Texas. Costello reunía las condiciones necesarias para dar un aire renovado al blues, pero ya no podría cumplir con ese cometido que le estaban imponiendo los medios.

Hagamos un pequeño repaso a la biografía de Sean Costello: nació en Filadelfia en 1979 y se trasladó con su familia hacia Atlanta, a los 9 años de edad. Al poco tiempo comenzó a tocar la guitarra y en pocos años ganó el premio al mejor talento joven de la Beal Street Blues Society en Memphis. Gracias a eso pudo formar su propia banda y salir de gira. En 1996, a los 17 años, grabó su primer álbum llamado “Call the cops”, el cual fue denominado por la revista Real Blues como “un explosivo debut”. Por esa época, Costello unió fuerzas con amiga Susan Tedeschi, también guitarrista de blues, realizó algunos conciertos con ella y participó en su álbum debut “Just won’t burn”.

En el año 2000, cuando lanzó “Cuttin’ in” con el sello Landslide, obtuvo un disco de oro y aún no había cumplido los 20 años. Este trabajo obtuvo muy buenas críticas, lo que lo llevó a ser nominado al premio W.C. Handy como “Mejor nuevo artista”. En AllMusic tuvo 4 estrellas y media, mientras que la revista Blues Revue comentó “Sean Costello llega para dar un nuevo aire al blues”.

En 2002 publicó “Moanin’ for molasses”, también con Landslide, y fue portada de Blues Revue. En esa edición fue denominado como “el principal artista para ser considerado, muy pronto, la próxima estrella del blues”. Diversos periódicos lo reseñaron en esa ocasión como un intérprete magistral de la guitarra, a la vez que muy maduro. Lo compararon con artistas como B.B. King, Eric Clapton y Stevie Ray Vaughan.

En 2005, el guitarrista publicó su álbum epónimo “Sean Costello” con el sello Artemis. Este cuarto trabajo fue producido por Steve Rosenthal, quien ha trabajado con The Rolling Stones y Suzanne Vega entre otros. De lejos es el más diverso y arriesgado, pues Costello mezcla su blues con soul, funk y algo de rock. Tuvo algunos invitados muy especiales como Levon Helm, baterista de The Band, al igual que su hija Amy Helm con su grupo Ollabelle.

Costello tuvo la fortuna de ganarse el respeto y la admiración de muchos de sus ídolos, compartiendo escenario con B.B. King, Buddy Guy, James Cotton, Pinetop Perkins y Bo Diddley entre otros. “Todo lo que quiero hacer es tocar bien la guitarra. Soy muy afortunado de poder ganarme la vida de esta forma y mi plan es mantenerme así por el resto de mi vida”, dijo Costello en una reciente entrevista. Infortunadamente se topó con la muerte el pasado 15 de abril, justo un día antes de cumplir 29 años de edad.